lunes, 13 de febrero de 2012

RELATO: LA JULIA Y LA RAMONA:


Autora: Rebeca.

BIBLIOTECA: "FRANCISCO COTA MORENO"


AUTORES E ILUSTRADORES PARTICIPANTES: Erick Daniel Ojeda González, Diana Isabel Geraldo Martínez, Joana Michel Espinoza Ceseña, Juan Daniel Méndez Arballo, Rosario Guadalupe Geraldo Martínez, Elena Gabriela Castro Valdés, Rebeca Moreno Ojeda, Itzel Gpe. Céliz Avilés, Mario Enrique Sandez, Estrada, José Juan de Dios Hirales Fausto y Félix Emmanuel Hirales Fausto.


Niña: Papá, hoy en la mañana nos vinieron a dar un curso de La Paz, que de kamishibai así lo nombran. Y me pidieron que escribiera una historia oral de nuestro pueblo, que tiene mucha historia dijo el maestro. ¿Es cierto eso papá?

Papá: Claro que si mija, todas las ruinas que vez a diario en el pueblo son testigo del gran emporio colonial que se desarrolló durante el siglo XIX. Cuentan los libros de historia que en el lejano año de 1748, Manuel de Ocio es quien funda el Real de Minas de Santa Ana.

Niña: ¿Y donde queda eso papá?

Papá: Ah, pero ese es otro cuento mija, para que veas que estás tierras están llenas de historia. Ese lugar se encuentra muy cerca de los pueblos de El Triunfo y San Antonio, dicen que el primero en llegar fue el padre Ignacio María Nápoli y que allí construyeron una capilla, pero fue hasta que Llegó Manuel de Ocio cuando ese lugar empezó a cobrar importancia por los trabajos mineros que se empezaron a realizar por la abundancia de las ricas betas de oro, por lo que fue el primer poblado fundado en Baja California al margen del sistema de misiones, conformado por una sociedad civil, económica y política.

Niña: Muy interesante papá, eso no lo sabía. Pero dime pues no seas malo, de que puede hablar mi historia, la tengo que llevar para mañana.

Papá: Pues puede tratar de todo esto que estamos hablando. Pero mira, que te parece si hablamos de la Julia y la Ramona.

Niña: ¡Ay papá!, si nos dijeron que escribiéramos una historia y no un chisme.

Papá: ¡Ay mija, si serás! La Julia y la Ramona son las dos chimeneas de nuestro pueblo.

Niña: Ah perdón. ¿Pero porqué se llaman así?

Lamina 2:

Papá: Mira mija, dicen que en 1876 aquí en El Triunfo se estableció una compañía que se llamaba El Progreso y que invirtieron muchos dólares para sacar el oro. Todas esas ruinas que quedan aun en el pueblo son testigos del gran auge que alcanzaron El Triunfo y San Antonio. Dicen que había tanta gente, entre nacionales y extranjeros: chinos, italianos, ingleses y norteamericanos.

Niña: ¡Ay que padre! Ya me imagino el pueblo con toda esa gente recorriendo nuestras calles, vestidos como aquella época y viajando en carruajes. ¡Qué bonito debió verse este pueblo!

Lamina 3:

Padre: ¡Uy si mija! Había mucho movimiento de gente y de dinero. Dicen que El Triunfo tuvo todas sus calles empedradas. Si hasta tuvo el primer servicio postal, la primera línea telefónica entre El Triunfo y La Paz, luz eléctrica y otros servicios gracias a la prosperidad que se desarrolló aquí. Como había mucha gente, también había muchos comercios y los ranchos de los alrededores eran los que les traían la carne, leche, queso, frutas de temporada y hortalizas a los comercios. Pero como en los cuentos todo tiene un principio y un final, este duró hasta 1912 cuando El Progreso cerró como compañía minera por incosteable, y el gran auge alcanzado por San Antonio y el Triunfo se fue a pique. Desde entonces, compañías vienen y se van con nuestro oro.

Niña: Papá como te gusta el cuento, ¿y el mío pues? Si te pregunté porque se llaman las chimeneas así y me echaste un rollo largo, lo único que lograste con ese cuento es que supiera porque hay tantos nombres extranjeros en el panteón de nosotros.

Lámina 4:



Papá: Pues que bueno que vas entendiendo mi cuento mija, por que en ese panteón hay muertos de muchas nacionalidades, y en ese tiempo que te describí para que te ubicaras, fue para la gente un trabajo muy rudo y de mucho peligro hasta de muertes por derrumbes, de intoxicación por gases de la mina y la extracción del oro. Apoco crees que sacar el oro es nada mas de ir a sacar las pepitas. ¡Claro que no! Es todo un proceso. Pero como veo que quieres que acorte la historia que tienes que llevar a la escuela, pues no te lo explico.

Niña: No te enojes papá, lo que pasa es que hablas de otras cosas y no de las chimeneas, por eso es que no se por donde ira la historia que tengo que escribir.

Lámina 5:



Papá: Ya se mija, lo que pasa es que el nombre es lo de menos, porque tu historia tiene que tener toda la información que te dije para quienes la lean sepan porqué están levantadas aquí en este pueblo, que son un símbolo que nos heredó la explotación mineral. En fin, para no hacerte largo el cuento, dicen que la primera chimenea construida fue la Julia, la más pequeña, era usada para que se expulsara el humo donde quemaban el metal. Pero a la larga dicen que el humo se quedaba atrapado entre los cerros y que los pájaros y animales del monte empezaron a morir, y los habitantes del pueblo empezaron a enfermarse por los gases tóxicos producidos por los químicos utilizados para la extracción del oro. Que por eso empezaron a construir la Ramona, una chimenea más alta para que el humo se fuera más alto y no se enfermara la gente. Y le pusieron así en honor al santo del día de su inauguración.

Niña: Ay papá, a mi se me hace que eso es puro cuento.

Lamina 6:


Papá: Pues yo no puedo decirte si es verdad, porque yo no viví en esa época, pero eso es lo que se cuenta en el pueblo. Además, no es de extrañarse que sea cierto porque acuérdate que la modernidad siempre trae consigo la destrucción de la naturaleza y la enfermedad, allí no tenemos el calentamiento global por tanto humito que han echado las fábricas. Pero ya estuvo bueno que me estés diciendo mentiroso, ahora arréglatelas tu sola para que hagas tu tarea.

Niña: Pues ni creas que ni tan sola papá, ya me voy a mi cuarto con la modernidad de mi celular a escribir mi historia, porque ni cuenta te diste que te estaba grabando. Adiós papi, muchas gracias por tu cuento. ¡Estuvo genial!

FIN