martes, 30 de agosto de 2011

“LAS CIRUELAS DEL MOGOTE”

PROYECTO KAMISHIBAI
PROF. ALEJANDRO CUÉLLAR MÁRQUEZ

BIBLIOTECA PÚBLICA “MAESTROS JUBILADOS” LA PAZ B. C. SUR.

“LAS CIRUELAS DEL MOGOTE”

AUTORAS DEL RELATO E ILUSTRADORAS: PROFA. KATYA LORENA HAGE GONZÁLEZ Y CARMEN GONZÁLEZ CORDERO.

Biblioteca Pública “Maestros Jubilados” 11 de enero de 2011.

LAMINA 1:

La Paz no sólo posee bellísimos atardeceres famosos en todo el mundo, sino un hechizo muy particular en el paisaje que hace que cada visitante encuentre algo atrayente.

LAMINA 2:

Frente a nuestra ciudad, existe un morro de arena llamado El Mogote, una península arenosa que caracteriza nuestra tranquila ensenada de La Paz, la cual alberga humedales que son el hábitat de aves migratorias y proporcionan las condiciones para el desarrollo de las especies marítimas que viven debajo y encima de nuestros manglares.

Se ha dicho y escrito que en el mogote habitaban dos tribus rivales: Los aripas y los guamichis. Los primeros se asentaban al sur del trozo de tierra, y los últimos en la punta norte.

LAMINA 3:


Cuentan que un día los aripas, que eran feroces con sus enemigos, raptaron a la princesa Immigná, hija del rey Guamichi, la cual era una mujer muy bella. El soberano estaba inconsolable, al grado que envió diversas súplicas al jefe de los aripas que devolvieran a su hija, las cuales no obtuvieron ningún resultado.

LAMINA 4:



Dice esa leyenda, que el rey Guamichi un día tuvo la idea de llenar un caparazón de caguama con frescas ciruelas del mogote como presente para el rey Aripa. Se dice que le gustaron tanto esas ciruelas al rey de los aripas, que de inmediato ordenó la liberación de la princesa Immigná.

Desde entonces la rivalidad de las tribus del mogote terminó. De aquí se dice que el que come ciruelas del Mogote se queda en La Paz para siempre, o si se va, regresa otra vez.

LAMINA 5:


Actualmente el mogote poco a poco se ha ido convirtiendo en propiedad privada, tal parece que a “las tribus actuales” les han puesto oro en un “carapacho” de caguama, en medio de protestas de organismos medio ambientales para proteger la vida marina que se da en los humedales que lo rodean.
Desde nuestro malecón pueden verse grandes edificios que entorpecen nuestro paisaje, cuando nos detenemos a observar nuestros esplendorosos crepúsculos.

FIN